3 Pilares para pasar de obedecer a oberdeSER
Ya te conté que quiero enseñarle a mi hijo a obedeSer, si con S. Hoy te quiero contar cuáles son los 3 pilares para pasar de obedecer a obedeSER y cómo lograrlo con nuestros hijos.
Si por casualidad no has leído el artículo donde explico mejor por qué obedeser con s, puedes leerlo aquí.

Te resumo que mi sueño es que todos (niños y adultos) aprendamos y podamos cumplri las normas, leyes y límites establecidos en el entorno, teniendo en cuenta y respetando el criterio propio.
Lograr relacionarnos de forma respetuosa con otros y con el entorno sin sentir que nos estamos fallando a nosotros mismos por obligación u obediencia ciega a determinada situación es posible, y por eso hoy te traigo los 3 pilares que para mi son necesarios para alcanzar esa meta.
1. Escucha activa.
El apellido de esta escucha nos abre un abanico de complementos al verbo simple de escuchar, que incluye un hablante y un oyente interactuando. Agregar el apellido ACTIVA a la palabra escucha implica adicional de tener a los participantes (oyente y hablante) interactuando, que es necesario que estén comprendiendo y entendiendo lo que están conversando.
Más allá de ser el mecanismo como el oyente le confirma al hablante que le entendió, la escucha activa busca que el oyente esté atento a la comunicación no verbal, a los sentimientos, ideas o pensamientos del hablante.

Nuestros hijos están en un proceso evolutivo del lenguaje, es por esto, que como padres la escucha activa es una herramienta necesaria y enriquecedora en el proceso de acompañamiento y crianza de los niños.
Como adultos quisiéramos que nuestros niños entablaran conversaciones con argumentos, criterios y vocabularios de adultos, sin embargo, esto está muy lejos de la realidad. Nuestros hijos nos muestran con gestos, reacciones emocionales (muchas veces desproporcionadas), acciones impulsivas, silencios, posturas y miradas más información que la que quizás pueden expresar con palabras.
Que se sientan verdaderamente escuchados y que podamos prestarles nuestras palabras mientras ellos crecen y logran ponerle nombre a todo lo que piensan, sienten, quieren y necesitan es el primer paso para establecer una conexión con su criterio propio y su esencia.
2. Respeto
Este pilar puede ser tan amplio como profundo, por eso, más allá de decirte que debemos respetar a los niños para que nos respeten (ley del espejo), hoy quiero que recuerdes que cuando hay dos o más personas involucradas en una interacción va a ser necesario que se genere un acuerdo, algunos serán muy fáciles de establecer, otros un poco más retadores y otros donde el ego atacará y sentiremos que se cedió demasiado y que quedamos en una posición de perdedoras.
Y en esos casos es donde debemos recordar el significado que aparece en el diccionario de la palabra respeto.
Respeto: Consideración, acompañada de cierta sumisión, con que se trata a una persona o una cosa por alguna cualidad, situación o circunstancia que las determina y que lleva a acatar lo que dice o establece, o, a no causarle ofensa o perjuicio.
Los límites o normas que establecemos como adultos referentes y responsables de ese peque, no son nuestra camisa de fuerza, muy pocos son innegociables, rotundos e inquebrantables, la gran mayoría son evolutivos, circunstanciales y consensuales.
Cuando ellos se sienten respetados, fomentan su capacidad de respetar su entorno y respetarse a sí mismos ante los retos y decisiones que deben tomar.

3. Acciones limitantes y límites accionables.
Las acciones limitantes son esas opciones LIMITADAS que le damos a nuestros hijos para que tomen la decisión final ellos solos. Con esta herramienta estamos promoviendo el empoderamiento y criterio propio donde la satisfacción por sentirse parte y capaces marcan un camino muy enriquecedor para que aprendan a obedeSer.
Por ejemplo, hemos tenido en algún momento el reto de que nuestro hijo coopere y se bañe o se aliste porque es hora de salir al colegio o por cualquier otro motivo, y él o ella en una combinación de astros poco alineados pone mil excusas y mil retos que ponen a prueba nuestra paciencia.
Si caemos en dar una orden contundente tipo “te bañas ya, porque yo digo y punto” estamos promoviendo que haga algo obligado sin tener en cuenta lo que quiere, siente, piensa o necesita en ese momento; sin contar con las emociones que desencadenamos en nuestros hijos cuando utilizamos frases de ese estilo.
Si utilizamos las acciones limitantes y le decimos a nuestro peque “¿prefieres bañarte con el jabón rojo o con el shampoo verde’” le estamos dando la opción de elegir qué prefiere, se siente parte importante del proceso y se ve como el que dice la última palabra, sin embargo, si analizamos de fondo esas dos opciones tienen como finalidad lo que nosotros como adultos de referencia estamos buscando y es que se bañen, ya en el cómo lo hace si podemos darles el poder de decidir bajo ciertos parámetros.
Límites accionables
Por último, los límites accionables son aquellos que generan consecuencias naturales (muy diferentes a los castigos) y presentan una alternativa de acción permitida.
Por ejemplo, una consecuencia natural y un límite accionable es cuando se riega un jugo, agua, etc. Si o si hay que limpiar y recoger, lo haga el niño o lo haga el adulto hay que recoger, por lo tanto esa consecuencia es natural, es algo que va a pasar independientemente de quien lo ejecute. Los castigos son acciones dirigidas únicamente a restricciones contra el niño y no tienen relación directa con el motivo inicial de la determinación.
Para las acciones permitidas, por ejemplo, se establece un límite de “no me gusta que saltes en la cama, qué tal si mejor saltas en este cojín”. Esta herramienta es muy útil cuando tenemos nuestros no negociables y se hace necesario darle una alternativa en la que sí podamos ceder y encontrar un punto medio con nuestros niños y que puedan seguir siendo niños sin caer en la permisividad y mucho menos en invalidar nuestras propias necesidades, preferencias y criterios.
Me encantaría saber cuál de estos 3 pilares te cuesta más aplicar o si tienes alguna duda de alguno de ellos, si es así puedes dejar un comentario aquí abajo y estaré encantada de responderte. Comparte este artículo con tu equipo de crianza, tu familia y amigos que quieres que hagan parte de la generación que enseña a sus hijos a obedeSer con S.