Encontrando la calma
La calma es hermana de la paciencia pero no son la misma cosa. Calmate es la palabra que probablemente tiene menos efecto cuando se usa. A quien no le ha pasado que decirle calmate a una persona es como poner más leña al fuego, y se vuelve aún más retador el momento y las emociones de esa persona; aplica para niños, niñas, adolescentes, adultos, adultos mayores, TODOS!!!

Neurológicamente tiene una explicación pero para no entrar en procesos técnicos quiero recordarte que las emociones hay que vivirlas pero como todo tienen un límite, y ese límite es cuando entramos a invadir, incomodar o irrespetar a las otras personas.
Y si, nuestro cerebro cuando estamos en modo emociones estamos desconectados de la razón, por eso pedirle de forma racional a la persona que se calme no tiene muchos resultados, la calma no viene de pensar en calmarse viene de poder gestionar nuestras emociones, de poder encontrar la forma de sentir, vivir eso que sentimos, respetando los límites y decidiendo la reacción.
Qué es la calma
La calma es una forma de actuar, en otras palabras una reacción a los estímulos a los que nos enfrentamos día a día en nuestra vida, las reacciones son instintivas en la mayoría de las veces, sin embargo, se pueden trabajar para ser reacciones conscientes y menos automáticas.

Estar calmado no es dejar de sentir, reaccionar en calma no es omitir mis emociones… Poder reaccionar en calma es un resultado del proceso de potencializar y desarrollar la inteligencia emocional.
Suena hasta fácil pero te preguntaras como se puede encontrar la calma o decidir reaccionar en calma… y como siempre te he dicho todo hace parte de un PROCESO.. es una habilidad que necesita ser practicada de forma consciente.
Sabiendo y reconociendo que inicialmente nos daremos cuenta cuando ya pasó todo, si seguimos practicando vamos a ver qué podemos darnos cuenta durante los momentos retadores que podemos cambiar de reacción y manejarlos diferente para ver diferentes resultados. y llegará el día donde podremos ver que antes de tener esas reacciones automáticas vamos a tener reacciones basadas en la calma y en la gestión de nuestras emociones sin dejar de sentirlas.
Qué es la paciencia.
La calma es hermana de la paciencia pero no son la misma cosa.. La paciencia muchas veces la relacionamos con tiempo o con aguante, es decir, con el antes o durante los momentos retadores con nuestros hijos o en la vida en general, y la calma está relacionada con el durante y después de esos momentos… como son hermanas, si logramos potencializar nuestras reacciones en calma también estamos trabajando nuestra paciencia.

La calma la podemos trabajar con gestión de las emociones en momentos retadores y haciendo consciente las reacciones que tenemos ante esos estímulos, la paciencia por otro lado se puede trabajar entendiendo lo que hay detrás de los comportamientos retadores, necesidades insatisfechas y conociendo nuestros límites y no negociables que pueden ser disparadores potenciales.
Calma vs paciencia.
Si me pusieran a escoger cuál de estas dos habilidades mejorar, yo te diría siempre escoger la calma, porque la paciencia que ya sabemos que se aplica antes y un poco durante una situación retadora con nuestros hijos (o con cualquier persona en general) aborda situaciones que podemos controlar, anticipar o gestionar. Por otro lado, la calma que es a la que recurrimos cuando ya estamos durante o después de esos retos nos ayuda a tener reacciones poco automáticas de esas que pocos minutos después nos estamos arrepintiendo, y que finalmente aborda situaciones, reacciones y momentos que no tenemos control absoluto porque no sabemos como las otras personas van a reaccionar.
En el caso de situaciones retadores con tu hijo, tu puedes trabajar la paciencia para tener más tiempo de control y gestión de tus automáticos cuando tu hijo esta empezando a llorar o a pedir algo de una forma que no te gusta ni te hace sentir cómoda; sin embargo, en cualquier momento de su desborde el o ella pueden pasar a gritar o pegar y aquí es donde entra la calma, donde lo ideal sería que podamos reaccionar ante esos estímulos con calma y tranquilidad sin que se convierta la situación en una competencia de reacciones desbordadas.
La calma es la que te ayudará a vivir los retos sin tomarte las situaciones como ataques personales, soltando la culpa y encontrando la asertividad para encontrar las soluciones. Recuerda siempre que tus hijos cuando estan en sus peores momentos es cuando más te necesitan, y a diferencia de ellos, tu como adulta si tienes la capacidad cognitiva de regularte y gestionar tus reacciones.